Sin lugar a duda, la historia de “Koby” de un año que no deja indiferente a nadie al ser un ejemplo de esfuerzo y de ganas de querer salir adelante.
Todo se remonta hasta octubre del 2020, cuando su madre humana lo rescató y cobijó, desde entonces el felino se ha visto rodeado de amor junto a sus padres y su hermano mayor “Bosco”, quien lo cuida y guía constantemente.
Kirsten, su madre humana, registró cada paso del pequeño “Koby” junto a su familia en las redes sociales, donde se puede ver como desde el comienzo siempre ha querido corretear como un gato normal.
Pero todos sus esfuerzos son en vano debido a su condición, lo que le imposibilita mantenerse de pie y caminar.
Sin embargo, contra todo pronóstico, él siguió intentando caminar y jugar como su hermano “Bosco”.
El pequeño felino también tuvo problemas para crecer, cuenta Kirsten, llegando a pesar un máximo de 2 libras 14 oz, poco menos de 1 kilo tras cumplir un año.
“Es proporcional y saludable y siempre recibe un buen informe del veterinario. En este momento, creemos que Koby no crecerá mucho más. ¡Lo que significa que está listo para sus grandes ruedas!” compartieron en el GoFundMe.
Sus cuidadores realizaron una recaudación de fondos a pedido de la comunidad para poder costear un pequeño carrito hecho a la medida del gato para que pueda mantenerse en pie y poder mover sus extremidades.
“Obtener unas ruedas significaría que Koby podría recorrer la nueva casa y nuestro nuevo patio trasero cercado persiguiendo a su hermano Bosco y sus juguetes de plumas favoritos. Podría hacer ejercicio terapéutico y practicar el caminar que le ENCANTA hacer”, explicaron en sus redes sociales.
Aunque la meta era conseguir 400 dólares canadienses (CAD), unos 250 mil pesos chilenos, para las nuevas rueditas de “Koby”, los usuarios poco a poco comenzaron a donar más y más a la causa, llegando hasta los 1,313 CAD (815 mil pesos) para que pueda comenzar a caminar sin caer.
Finalmente se logró empezar una terapia para que Koby pueda moverse más libremente por los alrededores, ejercitando su cuerpo y llenándolo de felicidad y curiosidad.
Según el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Translacionales (NCATS por sus siglas en inglés), esta condición neurológica se debe a que el cerebelo no se desarrolla por completo o es más pequeño que lo normal.
Los hallazgos clínicos más comunes son un retraso en el desarrollo, disminución del tono muscular, ataxia (dificultad de coordinación de los movimientos) y movimientos oculares anormales.
Se cree que el patrón de herencia es debido a un defecto durante el desarrollo del sistema nervioso del embrión, además puede ser secundaria a una atrofia (destrucción) de la corteza cerebral del lado opuesto.
Si esta condición solo afecta al cerebelo y no al cerebro del animal, estos signos no serían progresivos ni empeorarían, por lo que pueden llegar a tener una vida normal si se tiene la precaución de evitar que puedan caer desde las alturas o por las escaleras.
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