La Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario de Chile entregó algunas recomendaciones para evitar conflictos y disfrutar al máximo a nuestros regalones.
“Es muy importante que los tutores realicen un protocolo de inducción adecuado. Esto requiere tiempo, paciencia y etapas, que consideran procesos de intercambio feromonal entre ambos gatos, enriquecimiento ambiental y ejercicios de modificación conductual”, explicó Ana Francisca Soto, médica veterinaria y etóloga clínica, vocera del Colmevet.
Además, agregó que, durante los primeros días, el nuevo gato debe permanecer en una habitación acondicionada para él, de modo que no pueda tener contacto físico con el gato residente.
La habitación debe disponer de agua, comida, arenero, juguetes y objetos de su anterior residencia como una mantita.
Para las primeras interacciones, se sugiere aproximar los comederos a ambos lados de la puerta que sirve de barrera física.
“De este modo, podrán escucharse y olerse, pero sin verse. La comida debe ser muy deliciosa, para que asocien la presencia del otro gato con refuerzo positivo. También se puede jugar con los gatos a cada lado de la puerta», añadió la profesional.
Luego, si se notan relajados al percibirse entre la puerta, podemos comenzar con el contacto visual, abriéndola unos centímetros de manera que se puedan ver, pero no hacerse daño, donde nuevamente debemos usar refuerzo positivo.
Por último, comenzaremos con el contacto directo bajo supervisión donde la idea es hacerlo a una distancia considerable, ir aproximándolos de a poco y acompañados de estímulos agradables.
Si observamos malestar o agresividad, lo mejor es interrumpir la interacción.
En todo el proceso es importante ser pacientes y comprender muy bien el lenguaje felino ya que el tiempo que demorará depende de la socialización que haya tenido cada gato y su procedencia.
🙀¿Lo sabías?